Se le acusó de conspiración para cometer espionaje a favor de Cuba y se le condenó a 25 años de cárcel. Ahora está en libertad supervisada
Desde que se conoció su caso, no hubo un solo concierto en el que el trovador Vicente Feliú no pidiera la excarcelación de Ana Belén Montes, boricua digna que ayudó a Cuba alertándola sobre acciones criminales de los Estados Unidos. De estar vivo, el autor de la célebre canción Créeme habría celebrado por todo lo alto la libertad ganada. Se habría regocijado en Facebook (hoy Meta) con su favorito calificativo de ¡Ovación!
Se le acusó de conspiración para cometer espionaje a favor nuestro país desde su puesto de analista de la Agencia de Inteligencia de Defensa yanqui y fue condenada a 25 años de cárcel, cinco de los cuales cumplirá ahora en “libertad supervisada”. También tendrá restringido el acceso a Internet, así como se le prohíbe trabajar para gobiernos y contactar agentes extranjeros sin permiso. Sin embargo, podrá ir a la playa o disfrutar con amigos que tengan buen sentido del humor, reveló el sitio de noticias puertorriqueño Noticel. Y estos no son datos menores porque esta mujer de principios vivía enjaulada por los cuatro costados, recibía apenas 20 cartas a la semana y se le permitía hablar con la madre solo los domingos. Incluso internada afrontó un cáncer de seno.
O sea, que el escarmiento para que desfalleciera de su humanitaria causa no fue cosa llevada a la ligera tras ser detenida por el Buró Federal de Investigaciones (FBI), en 2001. Pero, más allá de estos detalles, este asunto según cuenta Eduardo Villanueva, abogado de la Comisión Pro Derechos Humanos de Puerto Rico, está relacionado con la larga tradición existente de solidaridad entre Puerto Rico y Cuba, y “nace desde las luchas por la independencia de ambos países”.
“Ana Belén cae dentro de esta corriente de solidaridad. Es una agente de inteligencia que lucha contra las políticas –de los Estados Unidos– que vulneran el derecho de autodeterminación de un país, como realizar actos violentos que también son contrarios al derecho internacional” y a los tratados que la gran potencia ha suscrito, aunque los viola cada vez que le viene en ganas. Eduardo Villanueva afirma sin ambages que Ana protegió a Cuba porque “no era una agente a sueldo, lo hizo por principios, por conciencia”. (1)
Permítaseme entonces introducir lo que dijo la puertorriqueña en su alegato, hace 21 años atrás, al ser juzgada: “Yo me involucré en la actividad que me ha traído aquí porque obedecí a mi conciencia más que obedecer a la ley. Yo considero que la política de nuestro Gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa, por eso me consideré moralmente obligada de ayudar a la Isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político”.
Consecuencia
Ahora ella comienza una nueva vida, la cual ha avizorado como discreta y sin altisonancias, a pesar de que los medios capitalistas insistan en verla como una Mata Hari moderna y los titulares de prensa persisten en recalcar supuestos “daños” que desde su posición de analista pudo haberle hecho a los EE.UU. Una vez tocado suelo boricua, este 8 de enero de 2023, expresó con igual entereza que se percibe como un ser humano irrelevante porque lo verdaderamente importante siguen siendo Cuba y Puerto Rico: “¿Quién en los últimos 60 años ha preguntado al pueblo cubano si ellos quieren que los Estados Unidos les imponga un embargo asfixiante que los hace sufrir?”. O este otro pronunciamiento: “también merece atención la apremiante necesidad de cooperación global que detenga y dé marcha atrás a nuestra destrucción de nuestro medioambiente”.
Rédito monetario
No obstante esta entereza de carácter, elementos imperiales reinciden en la obsesión de sacar lascas a cualquier situación compleja y con argumentos casi de novelas. Sí, exacto, eso pretende hacer Peter Lapp, uno de los dos agentes del FBI encargados de la investigación realizada contra Ana.
Ya le anticipó a BBC Mundo que ha escrito un libro titulado La Reina de Cuba porque para este funcionario “está entre los espías más importantes que el Gobierno de Estados Unidos ha arrestado desde la Segunda Guerra Mundial y es una de las que más daño ha causado en la historia moderna de este país”.
Ana Belén Montes Badillo ingresó en el penal de máxima seguridad de Carswell, en Fort Worth, Texas, el 16 de octubre de 2002, como la prisionera 25037-016. Se trata de una persona brillante, de memoria prodigiosa, lo cual le permitió acceder a las lucrativas universidades de Virginia y a John Hopkins, y de ahí derivó como indirecta consejera de la Casa Blanca en épocas de los abominables mercenarios Hermanos al Rescate. (2)
Ejemplo para los boricuas
Su excarcelación ha significado una fiesta para todas aquellas personas de bien en la llamada Isla del Encanto. Por ejemplo, el presidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano de Puerto Rico, Julio Muriente Pérez, celebró a Belén Montes como una extraordinaria heroína que nunca traicionó al Gobierno estadounidense porque nunca le fue leal; su lealtad estuvo con la justicia y el respeto a la soberanía de los pueblos, recalcó a la agencia Inter News Service. “Ha sido, en el sentido más alto, una combatiente por la dignidad”, subrayó.
Por ahora, el Comité de Solidaridad con Cuba de Puerto Rico, en la voz de su presidenta, Milagros Rivera, significó lo mucho que representa para boricuas, latinoamericanos y caribeños comprometidos con el bienestar colectivo, y la dignidad de los pueblos.
Precisamente por esa consecuencia Ana Belén Montes puede seguir su camino en paz; así lo sentimos desde Cuba. El mensaje que difundió al ser liberada contiene palabras hechas a la medida para una comprometida canción de Vicente: “Yo como persona soy irrelevante. No tengo importancia mientras existan problemas graves en nuestro terruño mundial, que reclaman atención y una demostración de amor fraternal”.
Comments