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Foto del escritorCSCPR

Con barril al hombro


Hace 11 años me tiré sola en guagua pública con mi barril al hombro y una maraca en la cartera, a la manifestación del #8M que marchaba por la Milla de Oro.

Sabía que me tocaba sentarme en alguna esquina y tocar acompañando las consignas por nuestros derechos, por justicia y libertad de elegir sobre nosotras mismas, mientras las compañeras pasaban. Con el barril era imposible poder marchar y tocar al mismo tiempo así que decidí bajarme en la parada que aún no alcanzaba la marcha feminista para sonar mi barril de bomba y ver la marcha de principio a fin.

Empecé a tocar. El sonido de mi tambor retumbaba en los cristales de los edificios de Hato Rey. Como si el eco de mi propio tambor me devolviera la intención solidaria de acompañarme tocando. Sentí que era acompañada por seres que no veía y que tenía que seguir tocando más fuerte, más intencionada, avivando la candela en mis adentros y aportando a la candela de todas las mujeres que veía pasar, que brincaban de emoción al escuchar la bomba y afincaban nuestras exigencias al ritmo del tambor.

Lloré. Grité a viva voz las consignas de las luchadoras que marchaban y no paré de tocar. Sentí que esa era mi expresión más genuina reconociendo y armonizando mi vibración interna con la de mi barril.

Allí estaba dándole con todo cuando las compañeras que llevaban el altavoz, las neveritas de agua y equipo de primeros auxilios, me dijeron que me montara en su vehículo para que siguiera en la marcha.

Corrí con el barril sobre la cabeza para alcanzarlas. Me ayudaron a treparme, compartieron agua conmigo y retomé mi empeño sororo de bombear por lo que creo y lucho.

Hace 11 años me tiré sola en guagua pública con mi barril al hombro y una maraca en la cartera, a la manifestación del #8M que marchaba por la Milla de Oro.


HOY SOMOS LES Barrileras del 8M Y ME DOY CUENTA QUE NUNCA ESTUVE SOLA



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