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Independencia de Puerto Rico debatida en comité de la ONU

Protest in San Juan against U.S. colo- nial rule in Puerto Rico, Nov. 27, 2022.

LATINO REBELS/CARLOS EDILL BERRÍOS POLANCO

NACIONES UNIDAS — “El modelo político, económico y social del colonialismo en Puerto Rico no solo ha fracasado estrepitosamente, sino que cada día es rechazado por más puertorriqueños”, dijo Adrián González, secretario de organización del Partido Independentista Puertorriqueño, al Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas el 22 de junio.

González fue una de las 50 personas que dieron testimonio sobre el estatus de Puerto Rico, una colonia estadounidense durante 125 años. Al igual que la abrumadora mayoría de los oradores, González pidió el fin del dominio colonial norteamericano.

En 1953 los gobernantes capitalistas norteamericanos lograron sacar a Puerto Rico de la lista mantenida por la ONU de colonias, afirmando falsamente que era una “mancomunidad” autónoma. Pero pocas personas en Puerto Rico creen eso.

Manuel Natal Albelo, un dirigente del partido Movimiento Victoria Ciudadana, dijo que “el espejismo de soberanía se esfumó con la aprobación de la Ley PROMESA en 2016” que creó la Junta de Control y Administración Financiera en Puerto Rico. Conocida en la isla como la Junta, tiene poder de veto sobre todas las decisiones financieras del gobierno colonial en San Juan.

El nombramiento de una junta no electa por el entonces presidente Barack Obama, con apoyo bipartidista de demócratas y republicanos, es prueba de que “Puerto Rico no se gobierna a sí mismo”, dijo Mariana Nogales Molinelli del Movimiento Victoria Ciudadana y miembro de la Cámara de Representantes de Puerto Rico. “No tenemos control sobre el presupuesto. La Junta lo impone”.

Numerosos oradores describieron las medidas que la Junta ha impuesto en Puerto Rico con el fin de garantizar el pago de miles de millones de dólares a los adinerados tenedores de bonos. Esto significa tener menos fondos para medidas sociales, empeorando las ya deterioradas condiciones económicas y sociales en la isla.

El dominio colonial de Washington “no es una abstracción para el pueblo de Puerto Rico”, dijo Ángel Rodríguez León, copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano. Se ve en los altos niveles de pobreza, “en el saqueo de nuestros recursos; en la emigración de miles de compatriotas a Estados Unidos y en la imposibilidad de tomar las medidas necesarias para solucionar nuestros problemas” desde la salud a la vivienda.

Varios oradores señalaron la venta de la empresa anteriormente pública de generación y distribución de la electricidad en la isla, a empresas norteamericanas y canadienses. Anularon los contratos con el sindicato de trabajadores eléctricos y obtuvieron súper ganancias.

Con decenas de miles de puertorriqueños yéndose cada año, principalmente a Estados Unidos, y la caída de la tasa de natalidad, que ahora es más baja que la de mortalidad, la población se está reduciendo. Hay unos 5.8 millones de puertorriqueños en Estados Unidos, más de los 3.2 millones en la isla.

Es por eso que “los puertorriqueños en la diáspora jugarán un papel importante y determinante” en la lucha por la independencia de Puerto Rico, dijo al comité Ana López, en representación del Frente Independentista Boricua, con sede en Nueva York. Señaló la orgullosa historia de resistencia de los puertorriqueños, tanto en la isla como en Estados Unidos, al oponerse al dominio colonial de Washington.

Myrna Pagán, de Vidas Viequenses Valen de la isla de Vieques, que es parte del archipiélago puertorriqueño, señaló: “Estamos celebrando el vigésimo año libre de bombardeos y experimentos militares de la Marina de Estados Unidos con uranio empobrecido, Agente Naranja y napalm”.

Después de décadas de protestas de los residentes, pescadores y personas por todo Puerto Rico, la Marina finalmente se vio obligada a dejar de usar Vieques como campo de pruebas de bombas en 2003. Pero, señaló, el gobierno norteamericano aún no ha limpiado el sitio.

Estadidad versus independencia

No todos los ponentes en la audiencia respaldaron las luchas de los trabajadores y agricultores en Puerto Rico y la lucha para poner fin a la explotación de su colonia por el imperialismo norteamericano.

Aproximadamente una decena de partidarios de la estadidad hablaron, incluidos miembros del gobierno colonial del gobernador Pedro Pierluisi y su Partido Nuevo Progresista. Afirmaron que el mayor problema es que los residentes de Puerto Rico son ciudadanos estadounidenses “pero no se les permite votar por el comandante en jefe” — el presidente de Estados Unidos.

Dicen que la solución es convertir a Puerto Rico en el estado número 51 de Estados Unidos. José Enrique Meléndez, legislador del PNP, dijo que los independentistas son una pequeña minoría en Puerto Rico. La independencia está siendo promovida por Cuba —principal autor de la resolución ante el Comité de Descolonización que llama a la autodeterminación de Puerto Rico— porque “es hostil a Estados Unidos” y quiere “debilitar la influencia estadounidense en el Caribe y América Latina”.

Yuri Gala, el representante de Cuba en la audiencia, interrumpió a Meléndez. “Cuba no es hostil a Estados Unidos”, dijo. “Es Estados Unidos el que es hostil a Cuba”.

Por razones partidistas, los demócratas en Estados Unidos respaldan la estadidad de Puerto Rico, así como la de Washington, con la esperanza de así ganar una mayoría permanente en el Senado.

Algunos defensores de la estadidad argumentaron que el pueblo puertorriqueño ha votado abrumadoramente en referéndums “democráticos” a favor de su postura.

Gabriela Malespín de Resistencia Boricua de Nueva York respondió que en 2017, la mayoría de los puertorriqueños boicotearon el referéndum no vinculante sobre el estatus, y que solo el 23 por ciento de los votantes elegibles participaron. En 2020 solo participó el 55 por ciento de los votantes. Los resultados oficiales del 52 por ciento para la estadidad “distan mucho de ser una mayoría” de los votantes, señaló.

“La verdadera descolonización solo puede ocurrir desde el pueblo de Puerto Rico”, dijo Malespín. “Requiere abolir la junta de control fiscal y que cancelemos la deuda en su totalidad”.

“Los trabajadores, en Puerto Rico, Estados Unidos y en todo el mundo, tienen intereses comunes y una lucha común”, dijo Rachele Fruit, hablando por el Partido Socialista de los Trabajadores. “El ejemplo revolucionario de Cuba muestra el camino hacia la verdadera libertad e independencia de Puerto Rico, que nunca se otorgará, se debe tomar”.

Al concluir la audiencia, el Comité de Descolonización aprobó la resolución llamando al gobierno de Estados Unidos a “permitir que el pueblo puertorriqueño ejerza plenamente su derecho inalienable a la autodeterminación y la independencia”.

 

Nov. 27, 2022, protest in San Juan against U.S. colonial rule in Puerto Rico. Speakers at U.N. hearing described how U.S. exploitation has worsened economic, social crisis on the island.

UNITED NATIONS — “The political, economic and social model of colonialism in Puerto Rico has not only failed dismally, but every day it is rejected by more Puerto Ricans,” Adrián González, organization secretary of the Puerto Rican Independence Party, told the United Nations Special Committee on Decolonization June 22. González was one of some 50 people who addressed the committee during its annual hearing on the status of Puerto Rico — a U.S. colony for 125 years. Like the overwhelming majority of speakers, mostly from Puerto Rico or from Puerto Rican organizations in the United States, González called for an end to U.S. colonial rule. In 1953, the capitalist rulers in the U.S. succeeded in getting Puerto Rico taken off the U.N. list of colonies, falsely claiming the island was now a self-governing “commonwealth.” But few people in Puerto Rico believe that today. Manuel Natal Albelo, a leader of the Citizen Victory Movement party, said that “illusion went up in smoke when the U.S. Congress in 2016 approved” the law that created the Financial Management and Control Board on Puerto Rico, known on the island as the Junta, empowered with veto power over all financial decisions of the colonial regime in San Juan. The appointment of the unelected board by then-President Barack Obama — with the bipartisan support of Democrats and Republicans — is proof that “Puerto Rico does not govern itself,” said Mariana Nogales Molinelli, a member of Puerto Rico’s House of Representatives from the Citizen Victory Movement. “We don’t control the budget. The Junta imposes it.” Numerous speakers described how the measures forced on Puerto Rico by the Junta are intended to ensure billions of dollars continue to be paid out to wealthy bondholders. This means less funds for social measures, worsening the already deteriorating economic and social conditions on the island, amid today’s worldwide capitalist crisis. Washington’s colonial domination “is not an abstraction for the people of Puerto Rico,” said Ángel Rodríguez León, co-president of the National Hostosiano Independence Movement. It’s seen in the high levels of poverty, “in the pillaging of our natural resources, in the emigration of thousands of our compatriots to the United States, in the impossibility of taking the necessary measures to solve our problems” from health care to housing. Several speakers pointed to the selling off of formerly public electric generation and distribution on the island to U.S. and Canadian-based companies. They tore up contracts with the electrical workers union and reap superprofits. With tens of thousands of Puerto Ricans leaving every year, mainly to the U.S. mainland, and the birthrate declining to where it is now less than the death rate, the population is shrinking. There are some 5.8 million Puerto Ricans in the U.S. — more than the 3.2 million who remain on the island. That’s why “Puerto Ricans in the diaspora will play a significant and determining role” in aiding the fight for Puerto Rican independence, Ana López, speaking for the New York-based Frente Independentista Boricua, told the committee. She pointed to the proud history of resistance by Puerto Ricans, both on the island and in the U.S., in opposing Washington’s colonial rule. Myrna Pagán, from Viequenses Lives Matter on the island of Vieques, part of the Puerto Rican archipelago, noted, “We are celebrating the 20th year free of U.S. Navy bombing and military experimentation with depleted uranium, agent orange and napalm.” After decades of protests by residents, fishermen and people across Puerto Rico, the U.S. Navy was finally forced to stop using Vieques as a bombing test range in 2003. But, Pagán noted, the U.S. government has still not cleaned up the site. Not everyone testifying at the hearing backed the struggles of workers and farmers in Puerto Rico and the fight to end U.S. imperialism’s superexploitation of its colony. Statehood vs. independence More than a dozen participants, including members of the colonial government of Gov. Pedro Pierluisi and his New Progressive Party, spoke, claiming that the biggest problem is that residents of Puerto Rico are U.S. citizens “but aren’t allowed to vote for the commander in chief” — the president of the United States. While admitting that Puerto Rico is a colony, they say the solution is for it to become the 51st U.S. state. José Enrique Meléndez, a PNP legislator in Puerto Rico, claimed independentistas are a tiny minority in Puerto Rico. Independence is being promoted by Cuba — the main author of the resolution before the Decolonization Committee that calls for self-determination for Puerto Rico — because it “is hostile to the United States” and wants to “weaken U.S. influence in the Caribbean and Latin America” and promote terrorists, he claimed. Yuri Gala, the Cuban representative at the hearing, interrupted Meléndez. “Cuba is not hostile to the United States,” he said. “It’s the United States that is hostile to Cuba.” For partisan reasons, Democrats in the U.S. back statehood for Puerto Rico, as well as for Washington, D.C., in hopes of winning a permanent majority in the Senate. Some statehood proponents argued that the Puerto Rican people have voted in “democratic” referendums overwhelmingly in support of their stance. Gabriela Malespín from New York Boricua Resistance answered this twisting of the truth. She noted that in 2017, most Puerto Ricans boycotted the nonbinding referendum on status, with only 23% of eligible voters participating. In 2020, only 55% of eligible voters participated. The official results of 52% for statehood “is far from a majority” of the eligible voters, she noted. “True decolonization can only occur from the people of Puerto Rico,” Malespín said. “It requires that we abolish the fiscal control board and cancel the debt in its entirety.” “Workers — in Puerto Rico, the U.S., and worldwide — have common interests and a common struggle,” said Rachele Fruit, speaking for the Socialist Workers Party. “Cuba’s revolutionary example shows the road to genuine freedom and independence for Puerto Rico, which will never be granted — it must be taken.” At the conclusion of the hearing the Committee on Decolonization approved the resolution calling on the U.S. government “to allow the Puerto Rican people to fully exercise their inalienable right to self determination and independence.”

 
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