Publicado el14 julio, 2016 porsiempreconcuba
Por: Iliana García Giraldino
Video y Fotos: Orlando Perrera (Siempre con Cuba)
La Naturaleza quiso sumarse a la hermosa y alegre historia que está tejiendo en Cuba la XXV Brigada de solidaridad Juan Rius Rivera, cuando en el momento culminante del acto de homenaje a Fidel, a Sara y a la hermandad entre los dos pueblos, un fuerte aguacero refrescó la fiesta y contrario a lo que pudiera pensarse, en lugar de truncar los deseos, a la contrariedad inicial siguió un entusiasmo muy particular porque todo quedase mucho mejor que lo planeado. Y así fue.
¿Cómo pudo lograrse? Porque nada podía detener la gigantesca ola de afectos y sinceridades que animaban a los brigadistas y a los cubanos; no existía fuerza capaz de impedir el homenaje al Comandante y a la voz trovadora de La Victoria; ni tampoco vencer el empuje de los sentimientos fraternales; ni opacar el abrazo agradecido a quienes han sido apoyo inestimable a la brigada durante sus 25 años de vida desafiante.
Se sabía que el calor ardiente y el chaparrón iban a ser vencidos, desde que Milagros en la tribuna primera anunciaba por el micrófono sin el menor titubeo: “va a caer agua, siento la lluvia”, y en instantes el intruso aguacero hizo que los hermosos jardines de la Casa de la Amistad quedaran solitarios.
Pero de la tarima oficial la líder de la brigada pasó a subirse a una silla en la terraza de la casona repleta de amigos que comentaban con pesar el castigo del clima, y en segundos se reanudó el acto, sin micrófonos, sirviendo de amplificadores los corazones.
Milagros continuó llamando a compañeros del ICAP para entregarles reconocimientos, y también a Alarcón a quien pidió se dirigiera a los presentes. No se escuchaba muy bien, pero todos entendieron lo que dijo cuando destacaba la histórica amistad entre los dos pueblos, y aludía a las palabras que al comenzar el acto pronunciara Kenia: incluso cuando Puerto Rico sea independiente, aun cuando derribemos al bloqueo, habrá brigada, porque siempre vivirá la solidaridad mientras existan las dos islas.
Muy bien preparó Milagros la celebración en Cuba del aniversario 25 de la “Juan Rius Rivera”. Se aprecia que persistió en cada detalle, calibró cada sorpresa. También trajo placas de reconocimiento a instituciones, recibiendo la del ICAP nuestro héroe Fernando.
Llegó la hora del regalo para los brigadistas: la actuación del coro de la Academia Mariana de Gonitch, pero faltaban los medios técnicos. Ya en el salón principal de la casona se producía la espera, pero nada silenciosa porque los boricuas se divertían a plenitud coreando sus canciones populares, llevando el ritmo con las palmas, bailando incesantemente.
El tiempo parecía pasar rápido. Llegaron los muchachos de Hugo Oslé. Con un solo micrófono, pero cantaron ¡y cómo cantaron! Quizás no todo el programa que habían pensado, pero sí con toda la entrega posible. Y se acabó de producir el hechizo: a pesar de la inoportuna lluvia, todo quedó mucho mejor. Nada como el arte, la cultura y la música para expresar el sentir del ser humano.
Y la noche terminaba, a pedido de los propios brigadistas, con la canción Amigos para siempre, en una interpretación de coro y público abrazados, con emoción incontenible hasta las lágrimas, momentos que serán sencillamente inolvidables:
Yo, no necesito conversar
porque adivino que ya sabes como soy
tú me has conocido siempre.
Tú, cuando me miras puedes ver
dentro de mí lo que ni yo puedo entender
yo te he conocido siempre.
Juntos por siempre ser amigos de verdad
Nada ni nadie nuestros lazos romperá
¡Amigos para siempre!
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