Su historia comenzó cuando jóvenes de diversas latitudes llegaron a Cuba a construir escuelas, y la brigada Julio Antonio Mella, con amigos de 28 países, erigió la secundaria Ceiba 7 en menos de seis meses. Entonces, Fidel expresó: “La brigada no desaparecerá, sino que se multiplicará, en cientos y miles, hasta que la amistad alcance a todos los pueblos del mundo”.
Y el 24 de enero de 1972, de la instalación donde residían los miembros de la brigada, en Caimito, nació el Campamento Internacional Julio Antonio Mella, no solo para alojar a quienes brindan su aporte laboral desinteresado, sino también para intercambiar y divulgar la verdadera realidad cubana en su lucha contra el bloqueo impuesto por el Gobierno de Estados Unidos.
Hasta allí han llegado las brigadas nórdicas, la Antonio Maceo (de Estados Unidos), Cruz del Sur (de Australia y Nueva Zelanda), Carlos Roloff (de Polonia), Tupac Amaru (de Perú), la puertorriqueña Juan Rius Rivera, la Internacional Primero de Mayo, la Latinoamericana y Caribeña y la Sudamericana.
Son casi 150 000 amigos de Cuba que han contribuido a romper el bloqueo y desinformación de las grandes cadenas de noticias sobre nuestro país, al conocerla en calles y casas, en múltiples intercambios con autoridades y gente común de todas partes.
Los brigadistas aportan en obras constructivas y agrícolas, con divisas para la compra de medicamentos, materiales y recursos, y una labor fecunda en sus países de origen, que defiende el prestigio de la mayor de las Antillas ante los ojos del planeta.
El campamento acoge eventos nacionales, organiza planes de capacitación y congresos de estudiantes extranjeros en Cuba, para los cuales presta servicios de alojamiento y alimentación muy bien reconocidos.
A sus 50 años, ha conseguido que la solidaridad eche raíces en Caimito y coseche sus frutos en los cinco continentes.
Por: Joel Mayor Lorán 24 enero, 2022 en Artemisa
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