Las Redes Sociales Originales
Por Carlos “Carlito” Rovira
Cuando el denunciante Edward Snowden decidió desertar de su lealtad profesional a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), los gobernantes de este país entraron en modo de crisis. Ahora sabemos cómo se utilizan los avances en la tecnología informática, especialmente Internet y sus múltiples medios sociales, para recopilar inteligencia y servir como herramienta para sofocar la creación de un nuevo movimiento popular.
Para aquellos que están familiarizados con las consecuencias de la Operación: CONTELPRO, durante las décadas de 1950, 1960 y 1970, nunca deben ser ingenuos y creer que estos proyectos gubernamentales dirigidos contra activistas progresistas alguna vez terminaron. Al contrario, continúa hasta el día de hoy con mayor sofisticación.
Hemos aprendido mucho sobre las operaciones encubiertas durante ese período y cómo se utilizó para disminuir las fortalezas de los movimientos de liberación negra, de independencia puertorriqueña, chicanos e indígenas. La operación COINTELPRO también fue utilizada contra el movimiento de oposición a la guerra de Vietnam. Lo que tendemos a pasar por alto es que el gobierno también ha aprendido lecciones de esas experiencias, para usarlas contra el surgimiento de un nuevo movimiento.
La Operación COINTELPRO empleó las tácticas más impactantes imaginables. Usaron métodos sutiles y emocionalmente convincentes para llevar a cabo su engaño. Las técnicas astutas fueron acompañadas por una fuerza represiva abierta destinada a tener un impacto psicológico devastador en todo el movimiento opuesto al statu quo.
COINTELPRO fue creado en la década de 1950 para espiar a los socialistas y al primer movimiento por los derechos civiles, en un momento en que el notorio senador Joseph McCarthy lanzó su campaña política anticomunista, racista y anti-obrera. Utilizó información obtenida interceptando llamadas telefónicas, interceptando correo postal y de informantes. Hoy en día, gran parte de eso se ha vuelto obsoleto gracias a la invención de nada menos que el Internet, específicamente las redes sociales.
Los métodos mejorados de vigilancia y manipulación por parte del estado policial involucran unidades especializadas que monitorean la actividad de las redes sociales y cuyo propósito es también provocar peleas para fomentar la disrupción dentro de los círculos progresistas.
El notorio J. Edgar Hoover habría estado bastante contento si Facebook, Twitter o Instagram existieran durante su tiempo como director del FBI. Es seguro que el uso de esa tecnología por parte de Hoover habría sido para acelerar la persecución del Partido Pantera Negra, apuntando a los miembros más abiertos, como aquellos que fueron asesinados o encarcelados de por vida.
El Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), el Departamento de Policía de Chicago (CPD) en coordinación con el FBI, utilizaron las mismas tácticas de divide y vencerás contra el aliado fraternal del Partido Pantera Negra, los Young Lords.
Una de las muchas cosas de las que se jactaba abiertamente el racista J. Edgar Hoover era su desprecio por los líderes del pueblo afroamericano y el movimiento independentista puertorriqueño, específicamente el Partido Nacionalista y antecesor del Partido Socialista Puertorriqueño – Movimiento Pro-Independencia.
¿En qué se basó COINTELPRO?
Los agentes encubiertos profesionales del FBI, la CIA y la policía están capacitados para utilizar chismes, acusaciones falsas y conflictos personales como una de sus técnicas principales, especialmente para manipular los sentimientos de los individuos emocionalmente débiles, de mente estrecha y egoístas.
En lo que se basa principalmente esta estrategia para evitar el surgimiento de un nuevo movimiento progresista/revolucionario es en la ausencia de pensamiento crítico en una sociedad que generalmente acepta la práctica de humillar a oponentes o vergüenza grupal en medios sociales, conocido como “cancel culture” en inglés.
Además, para lograr esta parte necesaria del espionaje, las agencias gubernamentales mantienen archivos que contienen perfiles psicológicos de las personas, con el fin de elegir a quiénes pueden manipular y dirigir, en momentos precisos para incitar y agravar disputas internas.
Estos suelen ser individuos conocidos por ser chismosos y elementos inestables que participan en campañas de susurros. Además, estos individuos también son conocidos por su indiferencia si el movimiento logra o no sus objetivos políticos.
El estado usa estos métodos para lograr el resultado deseado de destruir reputaciones y paralizar círculos progresistas con divisiones. La estrategia final del gobierno es causar desmoralización, disminuir las energías de la gente y desacreditar la premisa política e ideológica de un movimiento.
Es por eso siempre debemos estar atentos a los traficantes de rumores, chismosos y promotores de pequeños discursos entre nosotros. Al final, sirven como los mayores activos del estado. También podrían ser agentes gubernamentales pagados.
Un examen minucioso de lo que reveló Edward Snowden debería decirnos fácilmente cómo COINTELPRO pudo haber destruido un movimiento en el pasado, pero el programa contrarrevolucionario del gobierno sigue existiendo. Cualquiera que sea el nombre que se les haya dado hoy a estas operaciones encubiertas, el objetivo sigue siendo el mismo: evitar que las personas oprimidas y explotadas construyan un nuevo movimiento revolucionario.
Nunca debemos permitir que nos engañen y atraigan de nuevo a esa trampa. Seríamos culpables de complicidad al obstaculizar el desarrollo de un nuevo movimiento popular para la emancipación humana.
La historia nos dice que nunca debemos subestimar el estado policial. Utilizarán todas las situaciones y cualquier problema para desviar nuestra atención de los desafíos que tenemos por delante. Se avecina una grave crisis económica, acompañada de una intensidad del racismo y la posibilidad de una guerra. El estado hará cualquier cosa para sofocar nuestros esfuerzos para contrarrestar tales escenarios posibles.
Para aquellos que tienen una opinión contraria, deberían preguntarse: ¿Por qué la supremacía blanca muestra su cara fea tan descaradamente a un ritmo acelerado a medida que se erosionan las libertades civiles? Los hechos de hoy sirven como señales de advertencia para alertarnos de una crisis que se avecina en este país, que todos debemos enfrentar.
Independientemente de cuáles sean nuestras plataformas, socialistas, anarquistas, nacionalistas, feministas, LGBTQ, etc., no debemos ser cómplices de lo que intentan los gobernantes. El estado policial no necesita nuestra ayuda para dividirnos aún más.
Siempre hay una forma políticamente madura de llegar a la solución de cualquier problema. Siempre debemos tener en mente la victoria de la lucha de liberación.
Las redes sociales deben utilizarse como una herramienta para educarnos y organizarnos frente al enemigo común. Si nuestros opresores usan Internet para mantenernos desorientados para preservar su poder, debemos esforzarnos por convertirnos en mejores usuarios de esa tecnología para combatir el sistema que perpetúa la opresión.
El estado policial no es invencible. Su fuerza se basa en chismes venenosos, rumores y discursos mezquinos y divisivos. Las actividades encubiertas del estado contra los progresistas pueden ser reprimidas y detenidas. Sin embargo, debemos adaptar un estándar de uso del análisis crítico de la solidaridad y el respeto cuando surjan problemas o crisis entre nosotros. Es imperativo para nuestro crecimiento que no empleemos el uso reaccionario de la práctica de humillación grupal, o “cancel culture”.
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