El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, exigió hoy el fin de las amenazas de Estados Unidos contra la isla y remarcó que la nación caribeña es soberana, ante recientes declaraciones de Washington con carácter injerencista.
La víspera, Juan González, principal asesor para Latinoamérica del presidente estadounidense, Joe Biden, ratificó el apoyo de la Casa Blanca a intentos de desestabilización en territorio cubano y habló sobre nuevas sanciones a La Habana si no se permitía una marcha anticonstitucional convocada para noviembre aquí.
A través de su cuenta oficial en Twitter, Díaz-Canel señaló que el Gobierno norteamericano financia y organiza el esquema para modificar el sistema político cubano, para lo cual suma a cuanto grupúsculo o institución –dólares mediante– aporte una iniciativa contra la Revolución.
'El imperio quiere impunidad para sus operadores en Cuba y amenaza con más medidas. Qué soberbia, prepotencia y frustración la del imperio. Recibirá la respuesta digna de nuestro pueblo', escribió el mandatario.
También el canciller Bruno Rodríguez rechazó las nuevas amenazas hacia la isla, lo cual calificó de un acto de injerencia y violación de la Carta de Naciones Unidas.
No es la primera vez que la Casa Blanca muestra su apoyo a esa manifestación, una actitud compartida también por sectores de la ultraderecha cubanoamericana asentada en Florida, Estados Unidos.
Anteriormente, Rodríguez denunció la estrategia multidimensional de Washington contra La Habana, que incluye la presión económica y el financiamiento a quienes apoyan su agenda desestabilizadora.
En este sentido, especialistas de diferentes ramas sociales alertaron sobre la guerra no convencional que se intenta aplicar en Cuba a partir de los parámetros de una supuesta lucha no violenta.
Las noticias falsas, la manipulación emocional, la ruptura institucional y la creación de líderes de opinión son algunas de las herramientas de esta estrategia descrita en el libro sobre el llamado 'golpe de Estado blando' del autor estadounidense Gene Sharp.
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