El apagón en Cuba: una necesidad más de la unidad obrera antillana y caribeña

Por Redacción Nexo Revolucionario Media
El reciente apagón general en Cuba ha puesto en evidencia una realidad que subraya la urgencia de la unificación de las capacidades productivas en el Caribe, particularmente en el sector energético. Las islas caribeñas enfrentan la dependencia de los monopolios energéticos capitalistas, controlados por naciones ricas. Antes de que la prensa burguesa atribuya este problema al supuesto fracaso del socialismo en Cuba, es necesario recalcar que las limitaciones energéticas en estas islas son muy diferentes de las que enfrentan países como Estados Unidos. Las grandes potencias, aprovechando su ventaja geográfica, han absorbido el control de la producción energética, dominando fuentes como el petróleo, el gas natural, y la energía nuclear, entre otras.

El control capitalista de la energía se refleja en los monopolios privados que dominan los mercados energéticos globales. Cuba, como otras naciones del Caribe, depende del mercado capitalista y se ve doblemente afectada por el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos. Este bloqueo limita gravemente la capacidad de Cuba para acceder a recursos energéticos, incluidas las piezas de repuesto y el combustible. La inclusión de Cuba en la lista de Estados supuestamente patrocinadores del terrorismo incrementa los costos de las transacciones comerciales y bloquea la inversión extranjera, exacerbando la crisis energética.
Es fundamental reconocer que esta situación no es aislada ni exclusiva de Cuba. La lógica del capitalismo imperialista bloquea y somete a los países más pobres, particularmente en el Caribe. Un ejemplo claro es Puerto Rico, donde la Junta de Control Fiscal ha sometido a la isla a una dependencia de fuentes energéticas obsoletas como el gas natural y el petróleo, privatizando el sector eléctrico con empresas como Luma Energy y Genera. De manera similar, la República Dominicana sufre la explotación de compañías como AES, que ahora busca dominar el mercado de energía renovable tras contaminar el país con la quema de carbón.
El sector de energía renovable se ha convertido en una nueva punta de lanza para el imperialismo, que ve en los países caribeños un terreno fértil para implantar empresas de energía solar y fotovoltaica. Para enfrentar esta amenaza, es urgente que los países del Caribe desarrollen una red energética independiente y autosuficiente, basada en la cooperación regional.

En este contexto, Nexo Revolucionario conversó con Yamile Lajos Rojas, trabajadora de la empresa eléctrica de Cienfuegos en Cuba, quien destacó que el sistema eléctrico cubano se encuentra deteriorado, en gran parte debido a la falta de combustible y al bloqueo económico. Según Yamile, "ponernos en una lista de países terroristas nos limita para traer tanqueros que puedan abastecernos de combustible". Además, señaló que el bloqueo impide la adquisición de piezas esenciales para el mantenimiento de la red eléctrica.
A pesar de estas dificultades, Cuba ha logrado sostener parte de su red eléctrica gracias a los microsistemas energéticos implementados en las provincias, que han demostrado ser cruciales en emergencias como el reciente apagón. Esta capacidad de autogestión destaca el esfuerzo del gobierno cubano para superar las limitaciones impuestas por el bloqueo.
Sobre los planes del gobierno para la transición hacia energías renovables, Yamile recordó que desde el período especial, tras la caída de la Unión Soviética, Cuba ha implementado proyectos de energía solar y fotovoltaica, aunque el bloqueo ha limitado su expansión. Aun así, con los recursos disponibles, Cuba ha logrado avances importantes en la construcción de parques solares.
Cuando se le preguntó sobre las similitudes entre la situación energética de Cuba y la de Puerto Rico, Yamile fue clara al señalar las diferencias: "Lo que está pasando con Luma Energy en Puerto Rico es muy distinto a lo que enfrentamos aquí. Puerto Rico no tiene un bloqueo como el de Cuba, pero aun con ese bloqueo, Cuba podría colaborar con Puerto Rico para reforzar su red eléctrica".
En conclusión, aunque Cuba y Puerto Rico tienen realidades políticas y económicas muy distintas, comparten una experiencia común de sometimiento a los monopolios energéticos controlados por potencias imperialistas. Mientras que Cuba resiste a través de la autogestión y la búsqueda de una transición energética, Puerto Rico está atrapado en un modelo colonial impuesto por la Junta de Control Fiscal.
Este panorama se repite en otras islas caribeñas, como la República Dominicana, Guadalupe y Martinica, que también sufren la presión de las grandes corporaciones energéticas. La única solución viable para romper este ciclo de dependencia es la unificación de la clase trabajadora caribeña, especialmente en el sector energético. Los/as trabajadores/as y sindicatos del Caribe tienen el potencial de construir una red eléctrica regional que responda a las necesidades de la clase trabajadora y no a los intereses de los monopolios capitalistas.
La creación de Comités de Trabajadores Eléctricos de las Antillas y el Caribe podría ser el primer paso hacia una verdadera emancipación energética, construida en solidaridad y al servicio de los pueblos del Caribe. La extensa región caribeña y antillana unificada en la organización de las fuerzas productivas bajo los intereses de la clase obrera representa una verdadera fuerza política y económica.

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